11 ago 2014

Reseñas: "El nombre del viento" y "El temor de un hombre sabio" de Patrick Rothfuss


En abril decidí enfrentarme a uno de los libros gordos que tenía en mi lista de 10 libros que quiero leer en 2014 y empecé El nombre del viento de Patrick Rothfuss. Quizá no fui la mejor idea del mundo, dado que al mes siguiente empezaba los exámenes finales de la universidad, pero llevaba semanas dándole vueltas a que me apetecía hincarle el diente al género fantástico (lo tengo bastante abandonado). Sabía que me gustaría, pero esperaba que fuera algo lento... ¡qué ingenua fui! Al principio me costó cogerle el ritmo, pero cuando llevaba más o menos un cuarto del libro, me enganchó de mala manera y no pude dejar de leer. Tanto me gustó que tuve que ir al día siguiente a comprarme la segunda parte de la trilogía: El temor de un hombre sabio. Y por si no lo sabíais, yo
no suelo leer sagas del tirón, sino que espero varios meses (o incluso años) para seguir con las trilogías.

El primer tomo me gustó muchísimo. Reí y sufrí con él por partes iguales. No sé qué tenía Kvothe pero cada vez quería saber más y más de él. Era algo muy extraño porque, si bien como adolescente me caía regular, de adulto me gustaba bastante el personaje, y como el narrador era este último, no me importaba seguir leyendo. Pero, si bien Kvothe es el centro del relato, los personajes secundarios juegan un papel elemental en el desarrollo de los eventos y eso me encantó. Cada uno de ellos tenía algo que los hacía especiales. Sin embargo, no se quedaban en meros estereotipos de amigos que acompañan al héroe, sino que Patrick Rothfuss se encargó de dotar a cada uno de cierta profundidad para que parecieran personas reales. ¡Me encantaron todos! Además de esto, la historia no dejó de sorprenderme, con giros inesperados que no podía ver venir de ninguna de las maneras y que en más de una ocasión me hicieron quedarme con la boca abierta y el corazón desbocado. En cuanto terminé el libro tuve que meter con calzador en mi apretado horario de estudiante una visita a la librería para comprar la continuación de la trilogía.

El temor de un hombre sabio retomaba lo ocurrido en El nombre del viento y seguía con el ritmo trepidante de la historia. Kvothe prosigue en el relato de su vida y vamos conociendo más sobre su juventud y viajes. Me gustó mucho el cambio de escenario en este tomo y me dejó muy intrigada y con muchos interrogantes que seguro hallarán respuesta en el último libro de la trilogía. Aparecieron nuevos personajes estupendos que se sumaron a los antiguos, dándole más color a la vida de Kvothe. Este, por cierto, se me hizo más simpático, supongo que porque ya estaba empezando a madurar un poco y no era tan infantil ni insolente (aunque aún resulta algo pedante cuando corteja a las féminas). Me llamó mucho la atención lo imaginativo que es el mundo creado por Patrick Rothfuss y, desde luego, me pareció interesantísimo conocer más cosas sobre este universo y las diferentes costumbres de sus habitantes. 

Pero no todo son cosas buenas. He dicho que el ritmo de los libros impedía dejar de pasar páginas... pero esto era la mayoría de las veces. En ocasiones se hacía algo tedioso, sobre todo en la parte de El temor de un hombre sabio en la que Kvothe se pierde por el bosque y tiene lugar un encuentro con un personaje relativamente importante. Encontré esa parte demasiado larga para lo que luego se sacaba en claro de ella. Y es que Rothfuss a veces se enrollaba como una persiana para contar algo que se podía resumir en una página. Pero eso es inevitable cuando escribes libros tan sumamente largos. 

En definitiva, los fallos que le pude encontrar a estos dos libros no son suficientes para hacer sombra a lo entretenida que es la historia y a lo bien tejida que está. Los personajes brillan con luz propia, incluso los secundarios, y los giros de la trama solo hacen que quieras seguir leyendo. Quería leer algo de fantasía y creo que acerté de lleno al elegir esta trilogía. Ahora solo queda esperar a que el autor acabe la última parte.